miércoles, 7 de diciembre de 2011

Coeficiente de Optimismo!

Hoy os voy a dejar un resumen genial de la charla de Emilio Duró durante la Gala de Premios Jovema, realizado por una compañera nuestra Guiomar Ramírez-Montesinos que logra plasmar cada momento de la charla y recoger los puntos más importantes de ella.




"En clave de humor, como si estuviera recitando un monólogo de hora y media que supo a quince minutos por lo interesante e ilusionante de su exposición, Emilio Duró, con un cierto tono provocador, dejó claro que la felicidad es la clave del éxito y depende de nosotros mismos.
Ejecutivo de varias empresas, desde hace varios años pronuncia conferencias por toda España hablando de la felicidad, el Coeficiente de Optimismo y cómo éste determina el éxito profesional.
Duró excusó al ser humano por no estar adaptado a este tiempo de crisis en el que los valores han cambiado, y en el que ya no favorece la evolución de la especie ser pesimista o miedoso, ni el hecho de acumular posesiones y centrarse sólo en la reproducción.
Antes, hace poco más de un siglo, la esperanza de vida llegaba hasta los 35 años, y a lo que más podía aspirar el hombre es a reproducirse. Para eso, demostrar que eres un buen cazador, acumulando riquezas, tenía sentido.
Pero ahora, acumular tanto sirve de poco más que para complicarse la existencia, y más considerando que hay vida más allá de los cuarenta. “Por primera vez, el objetivo humano no es sobrevivir, sino ser feliz”, explica Duró, quien afirma que ahora debemos centrarnos en cómo se felices, si tenemos que vivir hasta los 80 años de edad.
“Un coche mayor sirve para un revolcón”, y aunque muchos de nosotros seguimos viviendo como en la jungla, seguimos queriendo posesiones, “ahora tenemos más vida, y el problema es ponerle vida a esos años”.
¿Y qué hace falta para ser feliz? Por un lado, hay un factor genético, asegura Duró, que predetermina a la mayoría a ser pesimista. “Durante 6 millones de años nos hemos dedicado a comer, beber, reproducirse, y el cachas se llevaba a la guapa, pero ahora eso ha cambiado”.
Duró explicó que en la vida comenzamos a aprender las cosas por amor. Para que un niño sobreviva, la madre le tiene que querer; por eso de adultos todo lo que queremos es que nos quieran; además, aprendemos por imitación, que es un forma de amor. Así que, “no aprendáis por sufrimiento”, y “no eduquéis a vuestros hijos con miedo”. El miedo es genético, miedo al rechazo, miedo al fracaso, miedo al cambio, miedo a no poder sobrevivir. Debemos cambiar nuestra genética.
Ante la actitud pesimista, Duró aseguró que nadie es tan único y especial que “el Universo recoge los marrones y los concentra en ti”, sino que lo que te sucede depende por completo de cómo interpretes la vida. Es más, atraemos a nosotros la realidad que creamos con nuestros pensamientos.
En este sentido, Duró demostró a través de una serie de vídeos cómo nuestras percepciones no son de fiar, ya que sólo vemos aquello en lo que nos fijamos, pero no toda la realidad.
Esto es lo explica la física cuántica, “no hay un realidad, sino que la realidad es la que crea la forma”. “Luego tanto si crees en una cosa como lo contrario, acertarás”. Atraes a tu vida lo que vibra como tú. Así que si piensas en negativo, “atraes mierda”. En otras palabras, cada uno recoge lo que siembra.
Por eso, y porque lo que más nos mueve son las emociones, debemos centrarnos en buscar la felicidad. Además, Duró está convencido que es la felicidad lo que determina el éxito también en el mundo profesional. A esto lo llama Coeficiente de Optimismo, y los que puntúan alto “viven más y trabajan mejor”.
Duró terminó con una receta de ingredientes fundamentales para la vida más allá de los cuarenta. Antes, cuando vivíamos hasta los 35 años teníamos sólo primavera y verano, pero ahora vivimos también el otoño y el invierno. Por eso, tenemos que cuidarnos, vivir una vida sana, hacer deporte, comer bien, no basar un matrimonio en la pasión, sino en enamorarse día a día, cuidar las emociones (tocar, bailar, celebrar), leed muchas cosas para cuidar también a nuestro neocortex, cuidar vuestra alma, y no dejarse llevar por la gente que está amargada.
Pero lo más importante es tener una ilusión. “Cualquier persona que tiene un por qué vivir, encuentra un cómo”, sentencia Duró, afirmando que “la felicidad tiene que ver nada más que con los sueños”."
Guiomar Ramírez-Montesinos, http://www.xabiaaldia.es/


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